lunes, 30 de noviembre de 2009

Gran Canaria, un continente en miniatura


Gran Canaria es un pequeño continente en miniatura. Una isla de profundos acantilados que bajan hasta el mar y un abanico de playas tan diversas como los paisajes cambiantes que esconde. Casi 60 kilómetros de playas en más de 200 kilómetros de costa, bajo un cálido sol que se mantiene durante todo el año. Playas como las de San Agustín, la Playa del Inglés o Maspalomas, por poner un ejemplo.

El punto de partida perfecto para hacer turismo en Gran Canaria, es las Palmas de Gran Canaria, su capital, a sólo 18 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Gran Canaria. Si llegas en avión, lo mejor es alquilar un coche en el aeropuerto para moverte libremente por la isla.

Las Palmas de Gran Canaria te ofrece sol, playa y un excepcional legado histórico. La ciudad parece vivir una eterna primavera ideal para disfrutar todo el año de la cosmopolita playa de Las Canteras, una kilométrica playa urbana que cubre la ciudad de bañistas y surferos.

En Gran Canaria hay playas de todo tipo. Son el imán que atrae desde hace generaciones a turistas llegados de cualquier punto del globo. Las hay muy populosas y conocidas, como la larga lengua de arena rubia de Maspalomas, que parte de la Playa del Inglés hasta tocar el pie del gran faro de Maspalomas, tras bordear un desierto de dunas que baña la costa sur de la isla.

En el sur encontrarás playas increíbles. Las hay familiares y tranquilas, como San Agustín, la playa de Amadores o la pequeña playa del Puerto de Mogán, y animadas como el tradicional enclave turístico de Puerto Rico, uno de los lugares con mejor clima de España.

Pero si prefieres lugares más apartados, dirígete al norte. Encontrarás pequeños enclaves marineros como Agaete, el lugar de escapada ideal para olvidarte de las prisas.

El turismo activo también es posible en Gran Canaria. Si eres un amante de la naturaleza tienes la posibilidad de conocer muy diversos ecosistemas, distantes pocos kilómetros entre sí. El origen volcánico de la isla posibilita la contemplación de calderas y conos volcánicos y el clima subtropical ofrece una impresionante riqueza de flora y fauna.

Hacía el sur, todo lo que era exuberancia se transforma en un desierto de dunas, más propias de un clima semidesértico. El paisaje te sorprenderá con bosques propios del Terciario, roques, presas naturales y barrancos.

Las villas, pueblos y ciudades de Gran Canaria te trasladarán al periodo colonial, tanto en el interior como en la costa. Gáldar, Arucas, o Telde son algunos de los más interesantes.

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