Palamós es un antiguo pueblo pesquero de la Costa Brava con un precioso casco viejo de trazado medieval y unas playas y calas de ensueño.
Visitas imprescindibles son las iglesias de Santa Eugenia de Villarromá o Santa María del Mar, en pleno núcleo urbano. La Plaza Murada y la Plaza de El Pedró constituyen los miradores principales de Palamós, uno sobre la bahía y otro sobre el puerto deportivo. No muy lejos, en la playa del Castell, se pueden ver importantes restos arqueológicos íberos y en la cercana playa de La Fosca, conocer el castillo medieval de Sant Esteve.
La variedad de este litoral proporciona al visitante la posibilidad de disfrutar de las agradables temperaturas de la costa y de las aguas tranquilas de las playas de arena fina. Chiringuitos, restaurantes y animados paseos marítimos enmarcan arenales emblemáticos como la Gran Playa, la playa de la Fosca o la playa del Castell.
Por su parte, los que prefieran la tranquilidad y el agua transparente de calas con fondos de roca, ideales para el buceo, disfrutarán de Cala Margarida, Cala S´Alguer o Cala Canyers. La primera de ellas se encuentra cerca de uno de los puertos deportivos de Palamós, pero para llegar hasta las otras necesitarás un coche de alquiler porque están más alejadas, pero sin duda merece la pena recorrer los pinares que las rodean hasta llegar al mar.
viernes, 5 de octubre de 2012
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